Consejos para lavar una moto a presión

Lavar la moto con una hidrolimpiadora es, probablemente, la forma más rápida, cómoda, sencilla y eficaz de dejar nuestra motocicleta completamente limpia. Sin embargo, este es un proceso que requiere de ciertos cuidados, no solo para obtener los mejores resultados, sino también para no dañar algunos componentes de nuestra «amiga de dos ruedas».

Por eso, hemos pensado que un artículo que versase sobre cómo hay que lavar una moto con agua a presión sería de gran interés para miles de entusiastas de las motocicletas que quieran llevar sus monturas siempre impecables.

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Cuidados para limpiar una moto con hidrolimpiadora

A continuación, enumeramos las principales recomendaciones para lavar un moto con agua a presión. Asegúrate de seguir estos consejos para evitar daños o perjuicios a tu motocicleta:

  1. Mantener cierta distancia: hay que tener presente que cuanto más nos acerquemos con la hidrolimpiadora al lavar la moto, más fuerte será la presión del agua sobre esta, por lo que tendremos que respetar siempre la distancia mínima recomendada en el manual de instrucciones (que suele andar en torno a 30 cm, aproximadamente). En realidad, es preferible que nos alejemos aún más de la moto en el momento de comenzar con la limpieza, para luego ir acercándonos paulatinamente si fuese necesario. También es importante recordar que nunca hay que dirigir el chorro de agua a presión directamente hacia la moto, sino en un ángulo de unos 30 grados, para evitar dañar la pintura.
  2. Prestar atención a las piezas delicadas: hay ciertas partes y componentes en la moto a los que no es recomendable apuntar con el chorro de agua de la hidrolimpiadora. Algunos de estos elementos más sensibles pueden ser los bujes, las manetas, los refrigeradores de aceite y agua, el caballete, los cojinetes de dirección o las cadenas. El motivo es que la fuerte presión del agua podría estropear estas piezas o provocar una filtración de agua que dañase la moto. Como alternativa, podemos lavar estos componentes a mano, utilizando una esponja o un cepillo suave con un poco de detergente. Eso sí, y hay que acordarse de lubricarlos después, siguiendo las recomendaciones de la marca de la motocicleta.
  3. Evitar componentes eléctricos y bloque del motor: estos otros componentes son igualmente delicados, y no conviene dirigir el chorro de agua a presión hacia ellos. Asegurémonos de que entre la menor cantidad de agua posible en ellos. Si el sistema de admisión o algunos otros componente eléctricos se encuentran expuestos, es aconsejable cubrirlos con algún material impermeable para protegerlos del agua.
  4. Tener cuidado con los neumáticos: esto es algo que no mucha gente tiene en cuenta, pero que reviste una gran importancia, ya que afecta a la seguridad del propio motorista. Haya que mantener la manguera a una distancia prudencial y utilizar un nivel de baja presión cuando lavemos los neumáticos de la moto. Tampoco se debe dirigir el chorro de agua a presión a un mismo punto del neumático durante mucho tiempo, ya que la rueda podría sufrir daños inapreciables a simple vista que podrían afectar al rendimiento de los neumáticos a altas velocidades o en trayectos largos, llegando incluso a provocar explosiones de las ruedas.
  5. Utilizar detergentes específicos: es posible utilizar jabones o detergentes para limpiar un moto con la hidrolimpiadora, pero es muy recomendable que utilicemos únicamente productos específicos para estos menesteres, en lugar de jabones o detergentes genéricos. Así, nos aseguramos de obtener los mejores resultados de limpieza, y evitamos posibles daños en la pintura o en componentes clave de la moto.
  6. Afinar con una esponja: con el chorro de agua a presión de la hidrolimpiadora, conseguiremos desincrustar la suciedad de la moto (normalmente, se tratará de polvo, grasa y mosquitos). Sin embargo, puede que necesitemos limpiar con más dedicación algunas partes de la moto. Para ello, es recomendable usar un esponja, con la que retirar la suciedad desprendida con la hidrolimpiadora.
  7. Secar la moto: el proceso de secado es muy importante para evitar la aparición de óxido. Para ello, podemos utilizar un paño de microfibra suave, con el que no dañemos la pintura de la moto. Si tenemos un compresor de aire, también podemos utilizarlo para secar aquellas zonas de la moto a la que nos resulte complicado acceder manualmente.
  8. Tratamiento final: con la moto limpia y seca, llega el momento de darle los últimos toques para que el acabado sea perfecto. Esto implica utilizar un spray pulverizador con lubricante multiusos sobre las piezas metálicas, las uniones móviles y la zona de unión de los interruptores. Así, protegemos estas piezas de la corrosión y del óxido. Las partes cromadas o de aluminio podemos abrillantarlas, mientras que a las zonas con pintura podemos darles una capa de cera dura protectora.

Siguiendo todos estos trucos para lavar una moto a presión, obtendremos los mejores resultados, no solo en lo que a limpieza de la motocicleta se refiere, sino también al correcto mantenimiento de piezas y componentes de la misma.

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